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Un salto cuántico no es necesariamente un cambio drástico de vida, es más bien un cambio de mentalidad, implica dejar atrás el rol de víctima para asumirnos como lo que realmente somos: creadores de nuestra realidad. Significa pasar de la culpa a la acción, del sufrimiento al disfrute de la vida. Un Salto Cuántico va más allá de un objetivo material, es adoptar un estilo de vida más abundante y pleno.
Por eso las personas que dan su salto cuántico generan cambios permanentes, porque no se quedan en lo superficial, sino que trabajan sobre la raíz del problema.
No te voy a mentir, este proceso no es color de rosa, de hecho te lleva a salir constantemente de tu zona de confort, te invita a enfrentar tus creencias más arraigadas y a mirar de frente a tu sombra, lo cual es bastante incómodo. Por eso, no todos están preparados para hacerlo y por lo mismo no le abrimos las puertas a cualquiera. Pero una vez que cruzas el umbral de los primeros 13 días de Salto Cuántico, comienza la magia
"Logré mejorar mi posición laboral, atraer nuevos proyectos y ahora vivo con abundancia y plenitud."
"Me robaron, pero no me rendí. Después de hacer Salto Cuántico, firmé un contrato 20 veces más grande. Volví a confiar, a sentirme fuerte, y hoy lidero desde mi mejor versión."
“Dormía mal, estaba agotada. Hoy tengo energía, salud y una claridad mental que no conocía.”
Estuve medicada mucho tiempo. Con este proceso, pude dejar los fármacos y volver a sentir esperanza. Hoy estoy cumpliendo el sueño que tenía desde que era una niña.
Mi hijo tiene TDAH, y estaba en caos. Hoy puedo acompañarlo mejor, dejé hábitos que me hacían daño, y estoy liderando mi empresa con más enfoque y mejores resultados
"Estaba perdida. Sané mi niño interior, conecté con una fuerza que no sabía que tenía, y volví a escribir desde un lugar auténtico y profundo."
"Siempre supe que tenía algo grande para dar… pero algo me frenaba. Salto Cuántico me ayudó a ver lo que me bloqueaba. Hoy estoy vibrando en mi mejor versión."
